¿En busca de cajas para congelados? Encuentra los principales embalajes recomendados para congelar alimentos de Cartonajes-Málaga.

La congelación es uno de los métodos más fáciles, rápidos, versátiles y beneficiosos para conservar los alimentos. Si están congelados adecuadamente conservan más su color, sabor y textura originales y, en general, más nutrientes que otras conservas. Pero si tan importante es saber cómo congelar, más aún es elegir el embalaje adecuado para ello.

La forma de envasar los alimentos para la congelación depende del tipo de espacio que se tenga en el congelador, cómo se planea usarlos y cómo se desea recalentarlos más tarde.

Si se va a llevar al trabajo, un recipiente de plástico o vidrio con tapa servirá. También existen opciones biodegradables con cartón, envoltorios de cera de abeja u otras opciones silicona. Si se va a servir en una cena para más personas, hay que elegir un recipiente con tapa más grande. Si el espacio en el congelador es más bien escaso, habrá que optar por las bolsas de congelador con cierre de cremallera para un uso más económico y adaptable.

¿Qué ocurre en el transporte de mercancías congeladas? El mercado pone a disposición de empresas y negocio cartones especiales para alimentos optimizados para satisfacer los exigentes requisitos de los embalajes para alimentos.

Formas diferentes en que se pueden embalar alimentos para congelar

Dentro del sector de alimentación, el proceso de refrigeración y transporte abarca una gran variedad de alimentos que requieren opciones de embalaje diferentes. Aquí está un resumen de las muchas maneras diferentes en que puede embalar alimentos para congelar:

Bandeja de cartón

Es una de las preferidas por la industria de la alimentación y los congelados. La aplicación principal es el transporte de productos que requieran el mantenimiento de una temperatura controlada, ya sea de forma independiente o con el uso combinado de acumuladores.

Entre sus ventajas, se encuentra el ahorro de espacio en el almacén, y esto es posible porque se entrega plegado, lo que es una eficaz protección del producto frente a impactos. También permite que el producto tenga un fácil montaje, lo que es apto para uso alimentario, además de potenciar la imagen del producto, es decir, que se puede personalizar.

Cajas con cuatro solapas

También se conocen como cajas isotérmicas, y como el resto de embalajes para mantener la cadena de frío, son cada vez más populares, especialmente desde que despegó la venta de productos para alimentación a distancia. Mantener un producto con una temperatura controlada ha pasado en poco tiempo a convertirse en una exigencia que debe cumplir el embalaje. La gama es cada vez más amplia y existe una solución para cada necesidad.

Cajas impresas

El formato es muy parecido a las cajas isotérmicas, pero con una salvedad, permite que se personalice para cada producto y cada marca. Esto permite diferenciarse del resto y que llegue al cliente final con todas las características del marketing de embalaje.

Cajas para frutas

Al igual que las verduras, las frutas también necesitan una protección adicional. Son cajas de cartón compacto de alta densidad para que los embalajes tengan una máxima rigidez. El resistente envoltorio ofrece una óptima protección permanente a las frutas. La alta resistencia a la humedad hace que sea muy bueno para el almacenamiento y transporte de frutas en espacios refrigerados o espacios congelados. En contacto con la humedad rezumante, el cartón conserva su textura sin volverse blando, para una total garantía de calidad y seguridad.

Cajas tapa y fondo

Finalmente, otra de las opciones que más éxito está teniendo son los cofres sellados con todo el contenido embalado en su caja y con su etiquetado correspondiente. Es el material de envasado líder para pescado y otros productos frescos y congelados. El motivo es muy simple, no existe ningún otro que le iguale en prestaciones: alta capacidad aislante, resistencia a la humedad y capacidad de absorción de impactos entre otras. Además, el hecho de ser un envase monomaterial asegura una optimización máxima en su proceso de fabricación y su fácil reciclado.

En definitiva, hay muchas opciones en cuanto a cómo se pueden embalar los alimentos para congelarlos. Solo hay que decidir cuál es el que funciona mejor y el que mejor se adapta a las necesidades.