Cómo organizar una mudanza
La organización es la clave para hacer más llevadera una mudanza, por ello, te hemos preparado unos consejos sobre cómo organizar una mudanza.
Cuando llega el momento de la mudanza, organizarlo y empaquetarlo todo es una de las partes más estresantes del proceso porque implica tratar de continuar con tu vida lo más organizada posible mientras revisas todas tus posesiones artículo por artículo. Y si has acumulado un número elevado de cosas, se vuelve aún más complicado.
Sin embargo, hay maneras de hacer que embalar y empaquetar sea lo menos agobiante posible. He aquí hay algunos consejos para organizar una mudanza y crear un plan de embalar que te ayudarán si estás en esta situación.
Lo primero que debes hacer: dedica al menos seis semanas antes de la fecha de la mudanza para planificarlo todo cuidadosamente. La planificación y un embalaje cuidadoso te ahorrarán tiempo, dinero y una gran cantidad de estrés.
Por dónde empezar la mudanza
En toda mudanza toca limpieza. Es el momento de decidir qué cosas son necesarias y se mudarán contigo y qué se quedará atrás. Seguro que algunas no merecen la pena llevárselas. Y si tu mudanza es temporal, otras tantas se pueden quedar almacenadas en otro lugar. Mientras eliges qué se queda, qué se tira y qué se almacena, realiza un inventario exhaustivo para asegurarte de que no está olvidando objetos que después podrías necesitar o llevando aquellos de los que puedes prescindir.
Busca embalajes de todos los tipos y tamaños y elementos de protección. Lo mejor son las cajas de cartón. Intenta valorar cuántas vas a necesitar según su volumen y asegúrate de tener suficientes a mano. Puedes encontrar cajas en tu lugar de trabajo, pidiéndolas a amigos o en las tiendas de tu barrio. Y si no lo consigues, siempre podrás adquirir juegos de cajas preparadas para mudanzas o paquetes de embalaje online.
Haz inventario
Numera las cajas y escribe una lista con el inventario que estás preparando para señalar cuál será su nueva ubicación mientras se están descargando. De esta manera, si un cuadro desaparece, puede identificar fácilmente qué número es y qué contiene.
Embalar lo no esencial
Empieza a empaquetar aquellos artículos de los que puedas prescindir. Si te mudas en verano, guarda toda tu ropa de invierno, las mantas pesadas o los abrigos.
Haz etiquetas para identificar tus embalajes
Mientras estás embalando, asegúrate de etiquetar la parte superior y los lados de las cajas con el contenido, la ubicación original del contenido en tu casa y si hay instrucciones especiales, como «frágil» o «abrir primero». Esto te ayudará a colocar las cajas en la habitación correcta y te recordará que tienes que tener cuidado con las frágiles. Además, al mantener una lista completa de los contenidos en el exterior de la caja, te ahorrará tiempo al buscar entre las 10 cajas marcadas como «cocina» solo para encontrar el abrelatas.
Asegura tus cajas para el transporte
Si etiquetas apropiadamente las cajas con adhesivos es mucho más útil para luego saber lo que hay dentro. Las pegatinas se pueden comprar en una tienda de artículos de oficina.
Para los artículos frágiles como objetos de cerámica o de cristal se puede usar los plásticos de burbujas, o también ropa, toallas o almohadas para mantenerlos seguros. Lo más importante es que se marque bien claro su fragilidad para cuando se desembale la caja. Si la persona que está desempaquetando la caja no se da cuenta de que un jarrón de cristal, podría terminar el jarrón contra el suelo.
Asegúrate de envolver correctamente todos los artículos frágiles en varias capas de plástico de burbujas y sobre todo sé especialmente cuidadoso en sus bordes (sobre todo si se trata de espejos o marcos de cuadros, etc.). El plástico de burbujas es muy recomendable. Es barato y evitará que los platos, vasos y vajilla en general se golpeen entre sí.
Desmonta tus muebles con cuidado de no perder piezas
Cuando muevas los muebles, asegúrate de no perder las piezas. Los tornillos, pernos y otras piezas pequeñas se pueden colocar en una bolsa de plástico con cierre automático (una bolsa de congelación puede servir) y luego se pueden pegar al propio mueble. Por ejemplo, si estás moviendo una mesa, desenroscas primero las patas, luego las unes y atas la bolsa de las piezas con cinta adhesiva en la parte inferior de la mesa. Incluso puedes pegar con cinta adhesiva las patas en la parte inferior de la mesa para asegurarte de que las patas no se rayan ni se dañan con el movimiento.
Envuelve todos los muebles que se puedan arañar
Para ello puedes usar un relleno protector. Las mesas, mesillas, cabeceras, etc. pueden sufrir rayaduras, roces o señales durante la mudanza. Lo mejor es acolchar los muebles, y las empresas de mudanza o de almacenamiento alquilan el material para hacerlo. No uses tus propias mantas para proteger los muebles; se pueden rasgar y manchar durante la mudanza. Además, el acolchado de muebles es solo eso: acolchado. Protegerá mejor tus pertenencias.
Las mudanzas producen una sensación de caos en la mente, por eso es importante ser muy metódico en el proceso. Además, no solo sufre la mente también el cuerpo. Por ello, no hay mejor consejo que el peso de las cajas sea el mínimo posible. No solo será más liviano el trabajo sino que además evitarás lesiones. En definitiva, si sigues estos pasos tu mudanza puede llegar a ser una experiencia productiva y entretenida.