Todo sobre el embalaje primario, secundario y terciario
¿Sabes a qué se refiere el embalaje primario?, ¿y el secundario y el terciario? En Cartonajes Malagueños te damos las claves de cada tipo de embalaje.
Existe mucha confusión sobre las diferentes tipologías y funcionalidades de embalajes. En este sentido, es importante conocer la diferencia entre el embalaje primario, el secundario y el terciario. ¿Por qué es tan importante? Fundamentalmente, porque cada tipología de embalaje o packaging cumple unas funciones determinadas y, por tanto, presenta unas características distintivas de resistencia, materiales utilizados en la fabricación, ligereza, condiciones de manipulación y plegado, conservación…
Es importante tener en cuenta que las funciones del packaging están íntimamente relacionadas con cada una de las fases de la cadena de valor: protección, transporte, comercialización o presentación del producto. Por ello, cada una de estas etapas requiere un determinado tipo de embalaje: es posible, por ejemplo, que un producto contenido y protegido por un embalaje primario sea, a su vez, transportado en un packaging secundario o terciario.
La mejor forma de conocer estas diferencias es analizando cada una de las tipologías por separado. ¡Te contamos todos los detalles!
Embalaje primario
El embalaje primario, popularmente conocido como “envase”, es todo aquel diseño cuya finalidad principal es contener el producto principal que va a ser comercializado. Es un packaging que, por tanto, está en contacto directo con el producto: ofrece protección y, especialmente, lo expone o presenta ante los consumidores.
Es el embalaje más sencillo de identificar. Pensemos, por ejemplo, en un tetrabrick de leche. ¿Qué imagen nos viene a la cabeza? Una estructura de “x” características que protege y contiene la leche y que, además, nos ofrece información sobre este producto. ¡Se trata de un embalaje primario! Permite, así, que los usuarios reconozcan esta unidad de producto y dispongan, además, de información adicional sobre el lugar de procedencia, datos alimenticios (en el caso de la leche), fecha de caducidad, etc.
Actualmente, el cartón es cada vez más utilizado como material para desarrollar embalajes primarios. Aunque tradicionalmente este tipo de embalajes estaban diseñados con otro tipo de materiales, plástico por ejemplo, hoy en día se exploran mucho más las oportunidades del cartón como material sostenible, reciclable y biodegradable. Es mucho más frecuente, por ejemplo, encontrar marcas de agua mineral que ofrecen su producto en soportes fabricados con cartón.
Volviendo al ejemplo del tetrabrick de leche, ¿qué pasa con el embalaje que, a su vez, contiene varios tetrabricks de leche? Estaríamos hablando, en este caso, de un embalaje secundario. Embalajes que, ahora sí, son aquellos que tradicionalmente han estado asociados a diferentes cajas y envases de cartón.
Embalaje secundario
El embalaje secundario, por tanto, da soporte a uno o varios productos (contenidos en un embalaje primario) para su distribución o comercialización en el punto de venta. Utilizando el ejemplo anterior, un pack de varios tetrabricks de leche conforma un embalaje secundario destinado a proteger cada uno de estos productos y, al mismo tiempo, permite su transporte, exposición y comercialización en el lugar de venta concreto.
Se trata de un embalaje que conecta a proveedores y consumidores ofreciendo la resistencia y seguridad necesaria para que los productos lleguen intactos al lugar de comercialización y, al mismo tiempo, ofreciendo información concreta para que los consumidores conozcan todos los datos del producto o productos contenidos en dicho envase.
El embalaje secundario integra, generalmente, el embalaje primario, para ofrecer protección en los procesos de manipulación y venta. Estos diseños de packaging son muy comunes en el comercio al por mayor y ofrecen distintas características fundamentales para que los productos completen sin problemas su círculo logístico de distribución y venta.
Otro ejemplo esclarecedor es el siguiente: imagina una botella de ron. ¿Cuál es el embalaje primario? La botella que contiene el ron. ¿Cuál sería el embalaje secundario? La caja de cartón diseñada para contener, proteger y enviar varias botellas de ron. ¡Así de sencillo!
Embalaje terciario
Después de conocer las características de los dos embalajes anteriores, la cuestión es sencilla: ¿qué otro tipo de embalaje puede existir? Ya tenemos el embalaje que contiene el producto en sí mismo y el packaging que organiza distintos embalajes. Falta, por tanto, tomar en consideración el embalaje terciario, es decir, aquellos sistemas de envasado que se utilizan para integrar y englobar embalajes secundarios para evitar, especialmente, que se produzcan desperfectos en el manejo de grandes cantidades de este tipo de embalajes agrupados.
Imaginemos, por ejemplo, un centro de distribución de las cajas de ron mencionadas anteriormente. Normalmente, se manipulan varios embalajes secundarios de botellas al mismo tiempo, por lo que es importante utilizar embalajes terciarios que aseguren estos embalajes en el proceso de, por ejemplo, carga y descarga.
El embalaje terciario más popular y utilizado es, por lo general, el palé. Sin embargo, materiales como el film plástico, las cartoneras o los contenedores de transporte, también pueden considerarse como integrantes de esta tipología.
Como puedes observar, esta distinción de tipos de embalaje constituye algo así como el popular juego de la matrioshka, en el que existen capas de figuras similares contenidas unas dentro de las otras. El embalaje primario, secundario y terciario funciona de la misma forma: sistemas que se integran unos dentro de otros para ofrecer las funcionalidades requeridas en cada proceso logístico.
